martes, 8 de julio de 2014

Conferencia Pública

“El Magnetismo”
Reportaje de Wellington Bossi

Como habíamos anunciado anteriormente en nuestro blog, el domingo 06  de Julio 2014, María Girbau, presidenta en funciones de la Asociación Espírita Fraternidad Humana, con mucho afecto presenta al conferenciante internacional Fernando Espelho. “Aunque la mayoría de nosotros hemos conocido a Espelho, podemos decir de él, que lleva más de 25 años trabajando en el movimiento espírita, es trabajador activo de la Federación Espírita Brasileña del estado de Sao Paulo, se dedica a el área de asistencia espiritual, da clases de mediúmnidad,  y en el área externa como conferenciante, la mayoría de las cuales ha desarrollado en Europa y Sudamérica. En los siguientes días dará una gira de conferencias por toda España. Con todo lo dicho, quen no es poco, me quedo con la sencillez y humildad que su persona y su alma transmiten, hoy nos hablará del “magnetismo”.
Nos comenta Fernando que el magnetismo es un fenómeno de la vida, por constituir manifestación natural en todos los seres. En el inicio de la formación de nuestro orbe, el magnetismo ya se encontraba presente en el protoplasma, por lo tanto se encuentra en los reinos mineral, vegetal, animal y hominal, y también en las instancias superiores. Es un fenómeno universal.
A través de investigaciones, Mesmer concluyó que, de la misma forma que el imán, había personas que podían irradiar por las manos y ojos un fluido especial capaz de ejercer influencia sobre otras personas y animales. Muy combatido por sus teorías, Mesmer  dejó su país y se trasladó a París, donde, en 1779, publicó “Magnetismo Animal” (mesmerismo).
Aunque aceptado por una gran mayoría, fue combatido tenazmente por una comisión que juzgó su obra de peligrosa para la moral, la sociedad y la salud. Desacreditado, Mesmer dejó Francia y se marchó a Inglaterra. Otros estudiosos prosiguieron con las investigaciones sobre el magnetismo, como el Marqués de Puységur, discípulo de Mesmer que descubrió el sonambulismo, bajo la influencia del magnetismo.
Las experiencias de Mesmer no fueron en vano. Obtuvieron comprobación científica a través de personalidades destacadas: James Braid, Durand de Gross, Charcot y Liébeaut.
 El magnetismo, cuando es de origen físico, recibe el nombre de magnetismo animal; cuando su origen está en el Espíritu es el magnetismo espiritual. Magnetismo animal y magnetismo espiritual también son conocidos como fluido magnético. El magnetismo del mal está igualmente lleno de poder, especialmente para aquellos que caen voluntariamente bajo sus tentáculos.
Importa considerar que es en Nuestro Señor Jesucristo que el magnetismo alcanza su  punto más alto en la humanidad. Sin embargo, no se vale de él el Señor para alardear de los poderes que le exornan el Espíritu. Jesús es el amor divino alargando los brazos para liberarnos de la angustia humana. Extiende las manos y los ciegos ven, los paralíticos se levantan, las heridas se limpian y los obsesados se recuperan. Mira fijamente a María Magdalena en casa de Simón y le da fuerzas para que se libere de las entidades sombrías que la subyugan. Contempla a Zaqueo en el árbol sicómoro y le modifica las nociones de la riqueza material. Fija su mirada en Judas en el cenáculo y el compañero infeliz huye apresurado, incapaz de soportar su presencia. Dirige a Pedro una mirada desde las rejas y el amigo que lo negara por 3 veces se lamenta amargamente. De nadie indaga la práctica religiosa para hacer el bien. En la enseñanza utiliza parábolas para no herir, sea a quien sea. A todos ofrece el apaciguamiento del alma antes de la cura física. Para imprimir el magnetismo divino de la Buena Nueva en la mente popular, traza en el monte las bienaventuranzas de la vida eterna.
Felices los humildes de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos.
Felices los que lloran, porque serán consolados.
Felices los afables, porque poseerán la tierra.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los que traen consigo el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los pacificadores, porque serán llamados Hijos del Altísimo.
Felices los que fuesen perseguidos sin causa, porque el reino de los Cielos les pertenece.