lunes, 7 de septiembre de 2015

EL EVANGELIO DE LUNES


EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

CAPÍTULO XIX

¡Nos reunimos todos los lunes a las 11:00h te esperamos!

Poder de la fe. - La fe religiosa. - Condición de la fe inaltera ble. - Parábola de la higuera seca. - Instrucciones de los espíritus. - La fe madre de la esperanza y de la caridad. - La fe divina y la fe humana. 

Poder de la fe 
1. Y cuando llegó donde estaba la gente, vino a El un hombre, e hincadas las rodillas delante de El, le dijo: Señor, apiádate de mi hijo, que es lunático y padece mucho: pues muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. - Y lo he presentado a tus discípulos y no le han podido sanar. - Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y depravada! ¿hasta cuando estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os sufriré? Traédmelo acá. - Y Jesús lo increpó, y salió de él el demonio, y desde aquella hora fué sano el mozo. - Entonces se llegaron a Jesús los discípulos aparte y le dijeron: ¿Por qué nosotros no le pudimos lanzar? - Jesús les dijo: Por vuestra poca fePorque en verdad os digo, que si tuviéreis fe cuanto un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá y se pasará; y nada os será imposible. (San Mateo, cap. XVII, v. de 14 a 19.) 
2. En el sentido propio, es cierto q ue la confianza en nuestras propias fuerzas nos hace capaces de eje cutar cosas materiales que no se pueden hacer cuando dudamos de nosotros mismos, pero aquí es menester entender estas palabras sólo en el sentido moral. Las montañas que levantan la fe, son las dificultades, las resistencias, en una palabra, la mala voluntad que hay entre los hombres, aun en el momento en que setrata de las cosas mejores; las preocupaciones de la rutina, el interés material,el egoísmo, el ciego fanatismo y las pasiones orgullosas, son otras tantas montañas que interceptan el camino de cualquiera que trabaja para el progreso de la humanidad. La fe robusta de la perseverancia, la energía y los recursos que hacen vencer los obstáculos, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes; la que vacila de la incertidumbre y la perplejidad, de la cual se aprovechan aquellos a quienes se quiere combatir; no busca los medios de vencer porque creen no poder vencer.
3.Enotraacepciónsellamafealaconfianza quesetieneenelcumplimientode una cosa, la certeza de alcanzar un objeto; da una especie de lucidez, que hace ver en el pensamiento el término hacia el cual uno se dirige y los medios de llegar a él por manera que aquel que la posee marcha, por decirlo así, con seguridad. En ambos casos puede hacer alcanzar grandes cosas. 
La fe sincera y verdadera es siempre serena; da la paciencia que sabe esperar, porque teniendo su punto de apoyo en la inteligencia y en la comprensión de las cosas, está ciertadellegaralfin;lafedudosasientesupropiadebilidad;cuandoestá estimulada por el interés, se vuelve furibunda, y cree suplir la fuerza por la violencia. La calma en la lucha es siempre una señal de fuerza y de confianza; la violencia, por el contrario, es una prueba de debilidad y duda de sí mismo. 
4. Guardaos de confundir la fe con la presunción. La verdadera fe se aviene con la humildad; el que la posee pone su confianza en Dios más que en sí mis mo, porque sabe que, simple instrumento de la volun tad de Dios, nada puede sin El, y por esto los buenos Espíritus vienen en su ayuda. La presunción más bien es orgullo que fe, y el orgullo es siempre castigado, más o menos tarde, por los desengaños y las desgracias que sufre.
5. El poder de la fe recibe una aplicación directa y especial en la acción magnética; por ella el hombre obras obre el flúido, agente universal; modifica sus cualidades y le da una impulsión, por decirlo así, irresistible. Por esto el que tiene una gran fuerza fluídica normal, unida a una fe ardiente, puede, por la sola voluntad dirigida al bien, operat esos fenómenos extraños de curaciones y otros que en otro tiempo pasaban por prodigios y, sin embargo, sólo son consecuencia de una ley natural. Tal es
el motivo porque Jesús dijo a sus apóstoles: si no habéis curado, es porque no teníais fe. 

domingo, 6 de septiembre de 2015

II Semana para la prevención del suicidio 2015

II SEMANA PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
España, 2015
¡AYÚDANOS A PROTEGER LA VIDA !!!

Firma aquí:


INVITACIÓN
Os invitamos a participar de la II Semana para la prevención del suicidio. Hay actividades en Barcelona, Madrid y Ávila con la asistencia de varias personas que se unen por el mismo ideal: la vida.

https://magic.piktochart.com/output/6948653-ii-semana-prev-suicidio-2015#

¡Nos vemos esta semana!

Un abrazo fraterno

Divulgación CEADS

sábado, 29 de agosto de 2015

Un centro Espirita ideal

Imagine .. una Casa Espirita para trabajar donde la desconfianza fue sustituida por la Esperanza.
Donde todos creen que la Casa también es de ellos.
Donde Controlamos la forma de hacer y no a las personas , porque cada una de las personas se preocupa en vigilarse.
Donde encaramos los problemas como oportunidades y les hacemos frente buscando descubrir donde está el error y no quien está errado o de quien es la culpa.
Donde medimos los resultados en vez de medir las personas , y definimos formas de proceder en lugar ordenes.
Donde preguntamos : “ Como te puedo ayudar ¿ en lugar de decir : “ esto no forma parte de mi trabajo”
Imagine una Casa donde trabajamos juntos como un equipo para ser cada vez mejores , no por el simple hecho de ser mejores que el resto sino para servir mejor .
Donde buscamos una respuesta para cada problema en vez de ver un problema en cada respuesta.
Donde el único error es repetir un error y el único y verdadero fallo es no intentarlo.
Imagine una Casa donde los dirigentes son compañeros , amigos en vez de simplemente jefes.
Donde tenemos disciplina en todos los trabajos en lugar de disciplinar a personas , sobre todo porque cada uno esté preocupado con su propia disciplina.
Donde el significado de la palabra responsabilidad está unido a un deseo de contribuir y no a una obligación impuesta por otra persona. Y es que finalmente el trabajo es de JESUS¡
Imagine un ambiente construido sobre una base de confianza y respeto . Donde las ideas son bienvenidas , aunque no necesariamente implementadas y a las personas se las valora por su contribución preocupándose por su perfeccionamiento contínuo atendiendo a la receta “ amaros e instruiros” .
 Imagine una Casa donde las personas dicen : “ Puede ser difícil mas es posible” en lugar de : “Puede ser difícil, pero muy difícil”
Imagine una Casa en la cual el miedo a ser franco, leal y honesto fue sustituido por un ambiente de franqueza sin miedo a la sinceridad sin rudeza.
Imagine, imagine y crea¡
Puede imaginar? Puede ayudar a construir una Casa asi?

Nosotros del Grupo de Estudio e Investigación Espirita, creemos y le invitamos a materializar este sueño en su Casa Espirita.
En el Centro de Estudios Espirita de Sevilla, también creemos en este sueño y trabajamos dia a dia para materializarlo ¡
Una visión sin acción es un sueño
Acción sin visión es un pasatiempo
Pero una visión con acción puede cambiar el mundo (Joel Baker)

Traducido por ACEES
Este texto ha sido Enviado por el tutor Serafim Costa(FEB) , a todos los que hemos tenido la dicha de tenerle como instructor físico. 

viernes, 26 de junio de 2015

LOS SUPERIORES Y LOS INFERIORES

Comprender el por qué de la existencia de superiores e inferiores, nuestra responsabilidad ante cada una de esas situaciones, así como las consecuencias resultantes del abuso de autoridad.

9. La autoridad, lo mismo que la fortuna, es una delegación de la que se pedirá cuenta al que está revestido de ella; no creáis que se la haya dado para procurarle el vano placer de mandar, ni como lo creen falsamente la mayor parte de los poderosos de la tierra, como un derecho, una propiedad. Dios, sin embargo, les prueba muy bien que no es ni lo uno ni lo otro, puesto que se la retira cuando le place. Si fuese un privilegio unido a la persona, sería inalienable. Nadie puede, pues, decir que una cosa le pertenece, cuando se le puede quitar sin su consentimiento. Dios la da a título de misión o de prueba, cuando así le conviene, y la retira del mismo modo.


Cualquiera que sea depositario de la autoridad, sea cual fuere su extensión, desde el señor sobre su servidor, hasta el soberano sobre su pueblo, no puede negar que tiene el encargo de almas; él responderá de la buena o mala dirección que habrá dado a sus subordinados, y las faltas que éstos podrán cometer, los vicios a los cuales serán
arrastrados a consecuencia de esta dirección o de los malos ejemplos, recaerán sobre él, mientras que recogerá los frutos de su solicitud para conducirles al bien. Todo hombre tiene en la tierra una posición grande o pequeña; cualquiera que sea, siempre se la ha dado para el bien; es, pues, faltar si la falsea en su principio.

Si Dios pregunta al rico: ¿Qué has hecho de la fortuna que debía ser entre tus manos un manantial que esparciese la fecundidad a tu alrededor?, preguntará también al que posee una autoridad cualquiera: ¿Qué uso has hecho de esa autoridad? ¿Qué males has evitado? ¿Qué progresos has hecho hacer? Si te he dado subordinados, no ha sido para que de ellos hicieras esclavos de tu voluntad, ni instrumentos dóciles de tus caprichos o de tu avaricia; te hice fuerte y te confié a los débiles para sostenerles y ayudarles a subir hacia mí.

El Superior que está penetrado de las palabras de Cristo, no desprecia a ninguno de aquellos que están a sus órdenes, porque sabe que las distinciones sociales no existen delante de Dios. El Espiritismo le enseña que si hoy le obedecen, le han podido mandar o le mandarán más tarde, y entonces será tratado como él haya tratado a los otros.

Si el superior tiene deberes que cumplir, el inferior los tiene también por su parte, que no son menos sagrados. Si este último es espiritista, su conciencia le dirá aún mejor que no está dispensado de ellos, aun cuando su jefe no cumpla los suyos; porque sabe que no debe devolver mal por mal, y que las faltas de los unos no autorizan las de los otros. Si sufre por su posición, dice que seguramente lo ha merecido, porque él mismo ha podido abusar en otro tiempo de su autoridad, y porque debe resistir a la vez los inconvenientes de lo que ha hecho sufrir a los otros. Si se ve forzado a sufrir esta posición por no encontrar otra mejor, el Espiritismo le enseña a resignarse como una prueba de su humildad necesaria a su adelantamiento. Su creencia le guía en su conducta; obra como quisiera que sus subordinados obrasen con él, si fuera el jefe. Por esto mismo es más escrupuloso en el cumplimiento de sus obligaciones, porque comprende que todo descuido en el trabajo que se le ha confiado, es un perjuicio para el que le remunera y a quien debe su tiempo y sus cuidados; en una palabra, está solícito, por el cumplimiento del deber que le da su fe, y la certeza de que toda desviación del camino derecho, es una deuda que será preciso purgar tarde o temprano. (Francisco-Nicolás-Madaleine, cardenal Morlot. París, 1863).

Para Dios no hay superiores e inferiores; las diferencias son las virtudes que poseamos. 

La autoridad nos es delegada para que la utilicemos en beneficio del prójimo.


En cualquier posición que estemos en la vida, hagamos lo mejor, y Dios, que trata a todos con justicia y bondad, nos aumentará todo aquello de que necesitamos. 


miércoles, 24 de junio de 2015

LA VIRTUD

La virtud es el conjunto de todas las cualidades que caracterizan al hombre de bien.

8. La virtud, en su más alto grado, encierra el conjunto de todas las cualidades esenciales que constituyen el hombre de bien. Ser bueno, caritativo, laborioso, sobrio y modesto, son las cualidades del hombre virtuoso. Desgraciadamente estas cualidades están muchas veces acompañadas de pequeñas flaquezas morales que las quitan el brillo y las atenúan. El que hace gala de su virtud, no es virtuoso, puesto que le falta la caridad principal: la modestia, y puesto que tiene el vicio más contrario: el orgullo. La virtud,
verdaderamente digna de este nombre, no pretende adquirir fama; se adivina, pero se oculta en la oscuridad, y huye de la admiración de la multitud. San Vicente de Paul era virtuoso; el digno cura de Ars era virtuoso, y también muchos otros poco conocidos del mundo, pero conocidos de Dios. 

Todos esos hombres de bien ignoraban ellos mismos que fuesen virtuosos; se dejaban llevar por la corriente de sus santas inspiraciones y practicaban el
bien con un desinterés completo y un entero olvido de sí mismos.

A esa virtud, comprendida y practicada de este modo, os convido, hijos míos; a esta virtud verdaderamente cristiana y verdaderamente espiritista, os exhorto a que os consagréis; pero alejad de vuestros corazones el pensamiento del orgullo, de la vanidad y del amor propio que paralizan todas estas hermosas cualidades. No imitéis a ese hombre que se presenta como modelo y él mismo pregona sus propias cualidades a todos los oídos complacientes. Esta virtud de ostentación, oculta, muy a menudo, una
multitud de pequeñas torpezas y odiosas falsedades.

En principio, el hombre que se exalta a sí mismo, que levanta una estatua a su propia virtud, sólo por este hecho aniquila todo el mérito efectivo que puede tener. Pero ¿qué diré de aquel cuyo valor consiste en parecer lo que no es? Yo quiero admitir que el hombre que hace bien, sienta en el fondo de su corazón una satisfacción íntima, pero desde que esta satisfacción se manifiesta, fuera para recoger elogios, degenera en amor propio.


¡Oh, todos vosotros a quienes la fe espiritista ha calentado con sus rayos, y que sabéis cuán lejos está el hombre de la perfección, no caigáis nunca en semejante falta! La virtud es una gracia que yo deseo a todos los sinceros espiritistas, pero les diré: Más vale menos virtud con la modestia, que mucha con el orgullo. Por el orgullo las humanidades sucesivas se perdieron y por la humildad deberán redimirse un día. (Francisco-Nicolás-Madaleine. París, 1863).


La virtud constituye la meta de perfección que, un día, todos alcanzaremos. Hombre virtuoso es el hombre evangelizado.

martes, 9 de junio de 2015

INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS. El deber

En el Estudio del Evangelio de esta semana en el Centro Fraternidad Humana trató de una de las instrucciones que nos dan los Espíritus para nuestro mejoramiento, el Deber.


7. El deber es la obligación moral, primero con respecto a sí mismo, y en seguida con respecto a los otros. El deber es la ley de la vida, se encuentra en los más ínfimos detalles, lo mismo que en los actos elevados. Yo hablo sólo de deber moral, y no del que imponen las profesiones.

En el orden de sentimientos, el deber es muy difícil de cumplir, porque es el antagonismo de las seducciones del interés y del corazón, sus victorias no tienen testigos y sus derrotas no tienen represión. El deber íntimo del hombre está abandonado a su libre albedrío: el aguijón de la conciencia, esta guardiana de la probidad interior, le advierte y le sostiene, pero a menudo permanece impotente ante los sofismas de la pasión. El deber del corazón fielmente observado, eleva al hombre; pero este deber ¿cómo se precisa? ¿En dónde empieza? ¿En dónde se para? El deber empieza, precisamente, en el punto en que amenazáis la felicidad o el reposo de vuestro prójimo y termina en el límite que no quisierais ver traspasar para vosotros.

Dios creó a todos los hombres iguales para el dolor; pequeños o grandes, ignorantes o ilustrados, sufren por las mismas causas, a fin de que cada uno juzgue
sanamente el mal que puede hacer. No existe el mismo criterio para el bien, es infinitamente variado en sus expansiones. La igualdad ante el dolor es una sublime
previsión de Dios, que quiere que sus hijos instruidos  por la experiencia común, no cometan el mal arguyendo la ignorancia de sus efectos.


El deber es el resumen práctico de todas las experiencias morales; es una bravura del alma que desafía las agonías de la lucha; es austero y flexible y pronto a doblarse a las diversas complicaciones, permaneciendo inflexible ante las tentaciones. El hombre que cumple su deber, ama a Dios más que a las criaturas y a las criaturas más que a sí mismo; es, a la vez, juez y esclavo de su propia causa.

El deber es el más hermoso laurel de la razón, y depende de ella como el hijo depende de su madre. El hombre debe amar el deber, no porque preserve de los males de la vida, a los cuales la humanidad no puede sustraerse, sino porque da al alma el vigor necesario para su desarrollo.

El deber crece e irradia bajo una forma más elevada en cada una de las etapas superiores a la Humanidad; la obligación moral no cesa nunca en la criatura de Dios; debe reflejar las virtudes del Eterno, que no acepta un bosquejo imperfecto, porque quiere que la hermosura de su obra resplandezca ante Él. (Lázaro. París, 1863).


lunes, 8 de junio de 2015

PARÁBOLA DE LA SEMILLA - EVANGELIO

Disculpas, vamos con un poco de retraso, este es el Evangelio que se realizó la semana pasada en Fraternidad Humana.


5. En aquel día saliendo Jesús de casa, se sentó a la orilla del mar; y se reunió a su alrededor una gran multitud de personas, por eso se subió a un barco donde se sentó, estando el pueblo en la ribera.

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: 

He aquí que salió un sembrador a sembrar, y cuando sembraba, algunas semillas cayeron junto al camino, y vinieron las aves del cielo y las comieron.

Otras cayeron en lugares pedregosos, en donde no tenían mucha tierra; y
nacieron luego porque no tenían tierra profunda. Mas al saliendo el sol, se
quemaron y se secaron, porque no tenían raíz.

Y otras cayeron sobre el espinar; y crecieron las espinas y las ahogaron. 

Y otras cayeron en tierra buena y dio fruto, algunos granos rindieron ciento por uno, otros sesenta, y otros treinta.

El que tenga oídos para oír, oiga. (San Mateo. cap. XIII, v. de 1 a 9).

Vosotros, pues, escuchad la parábola del que siembra.
Cualquiera que oye la palabra del reino, y no le da importancia, viene el malo y arrebata lo que se sembró en su corazón: este es el que recibió la semilla junto al camino.

Mas el que fue sembrado sobre las piedras, este es el que oye la palabra, y por el pronto la recibe con gozo, pero no tiene en sí raíz, antes es de poca duración. Y cuando le sobreviene obstáculos y persecución por la palabra, la toma pronto por objeto de escándalo y de caída.

Y el que fue sembrado entre las espinas, este es el que oye la palabra, pero los cuidados de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la palabra y la vuelven sin fruto.

Y el que fue sembrando en tierra buena, este es el que oye la palabra, le presta atención y la entiende y da fruto; rindiendo una a ciento, otra a sesenta o otra a treinta. (San Mateo, cap. XIII, v. de 18 a 23).

6. La parábola de la semilla representa perfectamente los cambios que existen en la manera de aprovecharse de las enseñanzas del Evangelio. ¡Cuántas personas hay para las cuales es sólo una letra muerta, que, semejante a la semilla que cavó en las piedras, no produce ningún fruto!

Encuentra una aplicación no menos justa en las diferentes categorías de los
espiritistas. ¿Acaso no es este el emblema de aquellos que sólo se concretan a fenómenos materiales, y no sacan de ellos ninguna consecuencia porque sólo ven un objeto de curiosidad? ¿De aquéllos que sólo buscan la brillantez en las comunicaciones de los espíritus y no las toman con interés sino cuando satisfacen su imaginación, pero que después de haberlas oído están tan fríos e indiferentes como antes? ¿Que encuentran los consejos muy buenos y los admiran, pero los aplican a los demás y no a ellos mismos? ¿De aquellos, en fin, para quienes estas instrucciones son como la semilla que cayó en tierra buena y produce frutos?


El estudio del Evangelio de hoy debe hacernos estudiarnos a nosotros mismo, ser sinceros y analizar donde nos cae sus palabras; saber si las Leyes Divinas están haciendo su fruto en nosotros e intentar corregirlo si no es así. 


Se conoce al árbol por sus frutos







domingo, 31 de mayo de 2015

CONVERSANDO CON LOS ESPÍRITUS. Por David Santamaría


Contamos con la presencia de David Santamaría del Centre Barcelonés de Cultura Espirita, de Barcelona, en nuestro centro Fraternidad Humana, para ofrecernos la conferencia Conversando con los Espíritus. 


David nos contestó a todas las preguntas principales sobre el cómo, para qué, quién, de qué se puede hablar con los espíritus; información que ha extraído de los libros de Allan Kardec y León Denis, los cuales poco se dejaron en explicarnos sobre el espiritismo y la mediumnidad.

A la pregunta de cómo debemos conversar con los espíritus nos recalcó la importancia de los aspectos preliminares, como que la compañía espiritual es acorde a nuestra manera de ser y actuar; la preparación de los dirigentes en experiencia y estudio, pues tenemos una desventaja los encarnados con los desencarnados que es que nosotros no los podemos ver y ellos a nosotros sí, y que los responsables de la dirección de la reunión mediúmnica es de los encarnados principalmente, los desencarnados sólo nos ayudan y amparan; también es de suma importancia la actitud de los asistentes que ayudan con pensamientos elevados y oración; y que el entorno físico de la reunión debe ser sencillo, serio, calmado y acogedor.

Nos comentó sobre el animismo, que si el espíritu del médium necesita manifestarse y amparo, es algo que se debe acoger como parte del trabajo.
Las tareas de una reunión resumidamente es que unos orienta, otros dirigen, muchos ayudan y todos aprenden.

Cómo se debe hablar con los espíritus, como se habla con un encarnado, con educación y respeto, con firmeza pero sin autoritarismo, con sentimiento de fraternidad para ayudar a los sufrientes, hay que discrepar si se considera necesario y sin enjuiciar.

Quién debe dialogar con los espíritus, al igual que en otras reuniones serias, el director de la reunión o a quien el director indique. Debe haber designado previamente un sustituto del director por si fuera necesario. Nadie debe responder si el director no lo autoriza; aunque el director no está exento de equivocación, pero ese hecho se debe matizar después.

De qué se puede conversar con los espíritus, se puede hablar de su situación en el mundo espiritual, de las circunstancias de su desencarnación, de cuestiones filosóficas y morales, sobre connotaciones morales de determinadas situaciones materiales, sobre cuestiones de salud material, acerca de las actividades de la institución; y a la pregunta de si se debe hablar de problemas personales, nos aconsejó tener cuidado con este tipo de preguntas y que recordemos que sus respuestas son siempre su opinión, la opinión del espíritu que habla, que no por estar desencarnado son dueños de la verdad o la razón.

No debe plantearse, chafarderías, invenciones, preguntas sobre el porvenir, ni de cómo conseguir trabajo, pareja, resultados de loterías o de perjudicar a nadie, o sobre la vida de otros mundos, Ovnis o extraterrestres.
Para qué conversamos con los espíritus, básicamente para instruirnos, para ayudar a los que lo están pasando mal, nos explicó que los espíritus enganchados a lo material les cuesta escuchar a los desencarnados por su conversación con el pensamiento, más telepática; para mejorarnos moralmente. A la pregunta de, para tener noticias de familiares desencarnados, nos aconsejó que es mejor invocaciones abiertas, pues hay que ir con mucho cuidado. También son para comprender mejor como es la vida en el mundo espiritual, para entender el objetivo de la vida, para superar el miedo a la muerte; aquí nos detalló que nuestro miedo es más de cómo moriremos, pero hay que tener confianza en Dios y en lo que nos merecemos.

Con quién se puede hablar, en principio con cualquiera, pero hay que pensar que no todos los grupos son adecuados para cualquier espíritu; es mejor hablar con espíritus normales, pues de todos se puede aprender y no es necesario grandes nombres.

Con quién se querría hablar, es una cuestión que debemos pensar que si la espiritualidad cree necesario hablar con dicho espíritu, dará esa oportunidad; si no es así, no se dará dicha conversación.

Pero, realmente… ¿Con quién se habla? La problemática de la identidad de los espíritus es una de las dificultades de la práctica del espiritismo, a menudo es imposible comprobar. Lo que sí interesa es la índole de la enseñanza que nos trae y no su nombre. Por ello es necesario el estudio, aunque no por ello dejará de cometer una usurpación; precisamente, surge cuestiones delicadas con matices bastante difíciles de captar y que tratemos de desentrañar. Nunca pecaremos por exceso de mantenernos en guardia contra ese tipo de usurpaciones, que tratan de inculcar las ideas más ridículas.

Es más fácil identificar a espíritus que hemos tratado, pero a las preguntas para saber su identidad pueden ofenderle; pero no deberían ofenderle, sino entender el porqué de esas preguntas. No sólo nos debemos fijar en la escritura y en la firma para reconocerlos.

Evocad a una roca y se manifestará. León Denis, libro En lo invisible.

Más extensamente nos detalló para la distinción de los espíritus buenos y los malos espíritus, pero en resumen nos explicó que su lenguaje está acorde con su sabiduría y elevación. No hay ninguna mala comunicación que pueda resistir a una crítica rigurosa; también depende del criterio del analista. El buen criterio es el del buen sentido.


Un buen espíritu sólo dice lo que sabe, es una buena prueba que no finjan saberlo todo; no nos ordenan, nos aconsejan, son discretos y no nos adulan.
Los espíritus conservan los perjuicios, predicciones e incluso manías.
Para juzgar a los espíritus, hay que saber juzgarse antes a sí mismo; pero tenemos el juicio para evaluar los mensajes, y es mejor rechazar 100 verdades que aceptar una sola falsedad. La buena intención no es suficiente, hay que ser consecuente con nuestros actos y palabras. Hay que tener autoridad moral para saber tratar a los burlones. Sólo hay que asomarse para la realidad del Mundo espiritual; pero no debemos buscar, los espíritus se manifiestan si quieren, si pueden, si se lo permiten.

Las reglas elementales son la humildad, el estudio y la perseverancia, sólo estas características propician que, a lo largo, podamos se merecedores del apoyo de los Espíritus instruidos.

La mediumnidad es una herramienta de trabajo, no un don o una gracia; y es más correcto decir el buen médium no el médium correcto, pues esta palabra denota el hecho de perfección y es algo no posible.


jueves, 28 de mayo de 2015

LOS BUENOS ESPIRITAS - EVANGELIO

El Espiritismo bien comprendido, pero sobre todo bien sentido, conduce forzosamente a los resultados expresados anteriormente, que caracterizan al verdadero espiritista como al verdadero cristiano, siendo los dos una misma cosa. El Espiritismo no viene a crear una moral nueva; facilita a los hombres la inteligencia y la práctica de la de Cristo, dando una Fe sólida e ilustrada a los que dudan o vacilan.

Pero muchos de los que creen en las manifestaciones no comprenden ni sus
consecuencias, ni su objeto moral; o, si los comprenden, no se las aplican a sí mismos. ¿En qué consiste esto? ¿Es un defecto de precisión de la doctrina? No, porque no contiene ni alegorías ni figuras que puedan dar lugar a falsas interpretaciones; su esencia es la misma claridad, y esto es lo que constituye su fuerza, porque se dirige a la inteligencia. Nada tiene de misteriosa, y sus iniciados no están en posesión de ningún secreto oculto para el vulgo.

¿Para comprenderla, es preciso una inteligencia privilegiada? No, porque se ven hombres de una capacidad notoria que no la comprenden, mientras que las inteligencias
vulgares, y aun de jóvenes apenas salidos de la adolescencia, comprenden sus matices más delicados con admirable precisión. Esto depende de que la parte de algún modo material de la ciencia, sólo requiere vista para observar, mientras que la parte esencial
requiere cierto grado de sensibilidad que se puede llamar la madurez del sentido moral, madurez independiente de la edad y del grado de instrucción, porque es inherente al desarrollo, en un sentido especial, del Espíritu encarnado. 

En algunos, los lazos de la materia son aún muy tenaces para permitir al espíritu desprenderse de las cosas de la tierra; la niebla que los rodea les quita la vista del infinito; por esto no dejan fácilmente ni sus gustos, ni sus costumbres, ni comprenden nada mejor de lo que ellos poseen; la creencia en los espíritus es para ellos un simple hecho, pero modifica muy poco o nada sus tendencias instintivas; en una palabra, sólo ven un rayo de luz
insuficiente para conducirles y darles una aspiración poderosa y capaz de vencer sus inclinaciones. Se fijan en los fenómenos más que en la moral, que les parece venal y monótona; piden sin cesar a los espíritus que les
inicien en nuevos misterios, sin preguntar si se han hecho dignos de entrar en los secretos del Creador. Estos son los espiritistas imperfectos, de los cuales algunos se quedan en el camino o se alejan de sus hermanos en creencias, porque retroceden ante la
obligación de reformarse, o reservan sus simpatías para los que participan de sus
debilidades o de sus prevenciones. Sin embargo, la acepción del principio de la doctrina es el primer paso que les hará el segundo más fácil en otra existencia.

El que puede con razón calificarse de verdadero y sincero espiritista, está en un grado superior de adelantamiento moral; el espíritu, que domina más completamente la materia, le da una percepción más clara del porvenir; los principios de la doctrina hacen vibrar en él las fibras que permanecen mudas en los primeros; en una palabra, fue tocado en el corazón; su Fe es también a toda prueba. El primero es como el músico que se conmueve por ciertos acordes, mientras el otro sólo comprende los sonidos. Se reconoce el verdadero espiritista por su transformación moral y por los esfuerzos que hace para dominar sus malas inclinaciones, mientras el uno se complace en un horizonte limitado, el otro, que comprende alguna cosa mejor, se esfuerza en ir más allá y lo consigue siempre cuando para ello tiene una firme voluntad.


lunes, 18 de mayo de 2015

EL HOMBRE DE BIEN

Hoy en nuestro centro hemos hablado sobre El hombre de bien, unas de las secciones  del capítulo XVII de El Evangelio según el Espiritismo.

3. El verdadero hombre de bien es el que practica la ley de justicia, de amor y de caridad en su más grande pureza. Si pregunta a su conciencia sobre sus propios actos, mira si ha violado esta ley; si no ha hecho daño, si ha hecho todo el bien que ha podido, si ha despreciado voluntariamente alguna ocasión de ser útil, si alguien tiene quejas contra él; en fin, si ha hecho a otro lo que hubiera querido que hicieran por él.

Tiene fe en Dios, en su bondad, en su justicia y en su sabiduría; sabe que nada sucede sin su permiso, y se somete en todas las cosas a su voluntad.

Tiene fe en el porvenir; por esto coloca los bienes espirituales sobre los
temporales.

Sabe que todas las vicisitudes de la vida, todos los dolores, todos los
desengaños, son pruebas o expiaciones y las acepta sin murmurar.

El hombre poseído del sentimiento de caridad y de amor al prójimo hace bien
por hacer bien, sin esperanza de recompensa; devuelve bien por mal, toma la defensa del débil contra el fuerte, y sacrifica siempre su interés a la justicia.

Encuentra su satisfacción en los beneficios que hace, en los servicios que presta, en las felicidades que reparte, en las lágrimas que enjuga y en los consuelos que da a los afligidos. Su primer impulso es pensar en los otros antes que pensar en sí, buscar el interés de los otros antes que el suyo propio. El egoísta, al contrario, calcula los provechos y las pérdidas de toda acción generosa.

Es bueno, humano y benévolo para con todo el mundo, sin excepción de razas
ni de creencias, porque mira a todos los hombres como hermanos.

Respeta en los demás todas las convicciones sinceras, y no anatematiza a los que no piensan como él.

En todas las circunstancias la caridad es su guía; dice que el que causa perjuicio a otro con palabras malévolas, que hiere la susceptibilidad de otro por su orgullo y desdén, que no retrocede ante la idea de causar una pena, una contrariedad, aun cuando sea ligera, pudiendo evitarlo, falta al deber de amor al prójimo y no merece la clemencia del Señor.

No tiene odio, ni rencor, ni deseo de venganza; a ejemplo de Jesús, perdona y
olvida las ofensas y sólo se acuerda de los beneficios; porque sabe que él será perdonado, así como él mismo habrá perdonado.

Es indulgente para con las debilidades de otro; porque sabe que él mismo
necesita de indulgencia y se acuerda de aquellas palabras de Cristo: "Que el que esté sin pecado arroje la primera piedra".

No se complace en buscar los defectos de otro ni en ponerlos en evidencia. Si la necesidad le obliga, busca siempre el bien que puede atenuar el mal.

Estudia sus propias imperfecciones y trabaja sin cesar para combatirlas. Todos
sus esfuerzos consisten en poder decir al día siguiente, que hay en él alguna cosa mejor que en la víspera.

Nunca procura hacer valer su imaginación ni su talento a expensas de otro; por el contrario, busca todas las ocasiones de hacer resaltar lo que es ventajoso para los demás.

No está envanecido por su fortuna, ni por sus ventajas personales, porque sabe que todo lo que se le ha dado, puede perderlo.

Usa, pero no abusa de los bienes concedidos, porque sabe que es un depósito del cual deberá dar cuenta y que el empleo más perjudicial que pudiese hacer de ellos para sí mismo, es hacerlos servir para satisfacción de sus pasiones.

Si el orden social ha colocado a los hombres bajo su dependencia, les trata con bondad y benevolencia, porque son sus iguales delante de Dios; usa de su autoridad para moralizarles y no para abrumarles por su orgullo, evitando lo que puede hacer más penosa su posición subalterna.

El subordinado, por su parte, comprende los deberes de su posición y procura
cumplirlos religiosamente. (Cap. XVII, nº 9).

El hombre de bien, en fin, respeta en su semejante todos los derechos que dan las leyes de la naturaleza como quisiera que se respetaran en él.

Esta no es la relación de todas las cualidades que distinguen al hombre de bien; pero cualquiera que se esfuerce en poseerlas, está en camino de poseer las demás.


El verdadero hombre de bien, es el que actúa de acuerdo con las Leyes de Dios, sabiamente prescritas por Jesús en su Evangelio, es decir, cumpliendo la Ley de Justicia, de Amor y de Caridad, en su mayor pureza.




sábado, 16 de mayo de 2015

SED PERFECTOS. CARACTERES DE LA PERFECCIÓN.

En el Evangelio realizado esta semana en nuestro centro, nos ha tocado empezar un nuevo capítulo, Sed perfectos; en el cual hemos leído y debatido su primer apartado, Caracteres de la perfección.

Caracteres de la perfección
1. Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian y orad por los que os persiguen y calumnian; porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si tan sólo saludáis a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que los otros? ¿No hacen esto mismo los paganos? -"Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto". (San Mateo, cap. V, v. 44, 46, 47 y 48.)

2. Puesto que Dios posee la perfección infinita en todas las cosas, esta máxima: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto", tomada literalmente supondría la posibilidad de alcanzar la perfección absoluta. Si le fuese dable a la criatura el ser también perfecta como el Creador, sería igual a Él, lo que es inadmisible. Pero los hombres a quienes se dirigía Jesús no habrían comprendido esta
diferencia, y por eso se limita a presentarles un modelo y les dice que se esfuercen para alcanzarlo.

Es, pues, preciso entender por estas palabras la perfección relativa de la que la Humanidad es susceptible y que más la aproxima a la Divinidad. ¿En qué consiste esta perfección? Jesús lo dijo: "Amad a vuestros
enemigos, haced bien a los que os odian, orad por los que os persiguen y calumnian". Él muestra con esto que la esencia de la perfección es la caridad en su más alta acepción, porque ella implica la práctica de todas las demás virtudes.

En efecto, si se observan los resultados de todos los vicios y aun de los simples defectos, se reconocerá que no hay uno siquiera que no altere más o menos el sentimiento de la caridad, porque todos tienen su principio en el egoísmo y en el orgullo, que son su negación; porque todo aquello que sobreexcita el sentimiento de la personalidad, destruye, o al menos debilita, los elementos de la verdadera caridad, que son la benevolencia, la indulgencia, la abnegación, y el afecto. El amor al prójimo llevado hasta el amor de los enemigos, no pudiéndose unir con ningún defecto contrario a la caridad, es, por lo mismo, indicio de mayor o menor superioridad moral; de donde resulta que el grado de perfección está en razón directa de la extensión de este amor; por esto Jesús, después de haber dado a sus discípulos las reglas de caridad en lo que tienen de más sublime, les dijo: "Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto".


La práctica de la caridad, en su más amplia acepción, constituye el único camino para la conquista de la perfección. Se manifiesta en el amor al prójimo extensivo a nuestros enemigos; en hacer el bien a los que nos odian; en orar por los que nos persiguen y calumnian.

viernes, 1 de mayo de 2015

1 de Maig Diada de Germanor 2015

Un año más nos reunimos para el día de la fraternidad, donde cada uno hemos dado un poquito de nosotros para que esta unión se fortalezca. Nuestra amada presidenta María Girbau dió la bienvenida a todos, haciendo un repaso de varias actividades realizadas este año, de lo que se está haciendo, y de lo que nos queda todavía por delante. "Miguel Vives y Vives, el fundador de Fraternidad Humana, de quien somos seguidores, y sabemos la gran dificultad de llegar a la altura de una persona tan brillante, elocuente y altruista; pedimos inspiración, ayuda y comprensión en nuestra aportación que el tanto quiso." 
Nuestro amigo y divulgador de la doctrina de los espíritus, Wellington Bossi nos comentó los tres casos en que las cartas psicografíadas por Chico Xavier fueron usadas como pruebas en los tribunales brasileños, siendo piezas fundamentales para demostrar la inocencia de tres asesinatos, que resultaron ser accidentales, donde las propias víctimas, ya fallecidas, buscan al médium y por su intermedio escriben las cartas. 
María Mercedes y Josep Martin comparten sus experiencias en el proceso del desarrollo mediúmnico, con varias anécdotas. Vicky Montero nos trae una pequeña charla sobre el decálogo de la felicidad, diez pasos del autodescubrimiento hasta la plenitud. Se dejó el micro abierto para todos los que quisieran compartir algo y como siempre la iniciativa nos sorprendió, de todas las edades con un solo amor, tuvimos poesías, una carta a mi abuelito, etc. Y luego nuestra tan rica fideuá vegetariana, hummmmm,... 
Terminamos la tarde después de ver la película "el cambio" un amistoso coloquio sobre la misma. ¡Nuestro más sincero agradecimiento a todos los que han estado con nosotros, encarnados y desencarnados, a todos los centros que han venido a disfrutar con nosotros de este día tan especial, gracias de todo corazón, y os esperamos en el próximo 01 de mayo!